Podría parecer que en logística hay un único camino y que éste es tan simple como programar-entregar. Nada más lejos de la realidad, la logística abarca mucho y como “mucho” se sobreentienden multitud de tipos de operativas, cada una de ellas con sus distintos requerimientos.
A continuación analizaremos en profundidad dos de las operativas más populares: las entregas bajo demanda y las entregas programadas.
Entregas bajo demanda
Las entregas bajo demanda, en inglés conocidas como On Demand, son una de las operativas más demandas en los últimos años que impulsan y fortalecen aún más la última milla.
En las entregas bajo demanda no se puede planificar, ya que son operativas que requieren de un mínimo de tiempo desde que se hace el pedido hasta que se efectúa la entrega.
Es viernes noche y te apetece darte un capricho con comida fast food. Llamas al restaurante y realizas el pedido. Tan pronto como la comida está preparada, el repartidor te llevará el pedido al casa. Este es un ejemplo de entrega bajo demanda.
Con el ejemplo citado, es fácil observar que en determinados momentos en los que el restaurante tenga horas punta en la recepción de pedidos, resultará difícil abarcar con la creciente demanda, ya que realizar simultáneamente diversas entregas bajo demanda es realmente complejo.
Por tanto, en las entregas bajo demanda deberán tenerse en cuenta ciertas métricas tales como horario o días de la semana si seguimos con el ejemplo del restaurante (será imprescindible observar si en fines de semana y a partir de las 20:00h aumentan los pedidos y, en cambio, los lunes al mediodía decrecen). Estas métricas nos servirán para la administración de nuestros propios recursos, ya que de esta manera podremos predecir si necesitaremos aumentar el número de repartidores contratados las tardes de los fines de semana y disminuirlo entre semana.
Entregas programadas
Las entregas programadas son los envíos programados con antelación para un intervalo de tiempo determinado.
En este caso, y a modo de ejemplo, podríamos transportarnos al día de nuestra boda. Nos ponemos en contacto con un sastre para que nos realice un traje a medida. Después de varias pruebas nuestro traje ya está listo. Ahora, únicamente tendremos que indicar a nuestro sastre en qué día y a qué hora recogeremos el traje para que esté listo para el enlace.
Como se ha visto con el ejemplo, en las entregas programadas se ofrece un servicio concertado de forma previa con el cliente para que el pedido llegue en un día determinado y en una franja horaria concreta. El cliente selecciona la fecha y el intervalo horario en el que quiere recibir su pedido.
Esta modalidad de entrega permite a los clientes llevar a cabo el seguimiento en tiempo real de su envío, con lo que se sentirán en todo momento comunicados y podrán controlar tanto el estado del pedido, como su localización como también la hora exacta de la entrega.
Según el portal Ibertransit, las entregas programadas son un servicio cada vez más común en grandes ciudades en las que las entregas se realizan en un plazo máximo de 48 horas y con un coste 0 de entrega para el cliente. Pese al aumento de las entregas bajo demanda, cabe destacar que aún no es un servicio extendido, ya que representan un 20% sobre el total de las entregas.
Realizar entregas bajo demanda vs. entregas programadas
La manera en la que se opera en las entregas bajo demanda y en las programadas es completamente distinta. De hecho, tanto es así, que resulta muy complicado para las empresas poder llevar a cabo ambas operativas de manera simultánea, ya que los requerimientos son muy distintos.
La principal diferencia entre las entregas bajo demanda y las entregas programadas es que las segundas permiten agregar distintos clientes en un mismo vehículo y, por lo tanto, ser más eficientes en la optimización de tiempo y recursos. En cambio, en las entregas bajo demanda, es tan dinámica que es muy complicado poder agregar varias entregas en un mismo trayecto.
Como se ha citado anteriormente, en las entregas bajo demanda el proceso de planificación requiere de un pretexto predictivo en el que basar dichas predicciones de demanda con datos de fechas anteriores. Con estas predicciones, se establecerá un aproximado de número de vehículos necesarios o el nivel de inventario mínimo requerido.
En el caso de las entregas programadas, las compañías otorgan a los clientes la flexibilidad para que programen sus propias entregas. En este sentido, el elemento predictivo deja de tener sentido, ya que se conocen de antemano el número de entregas a realizar. En las entregas programadas los inputs que deben planificarse son el número de vehículos necesarios para llevar acabo las entregas, qué pedidos aglutinar (entregas en lotes) o en qué orden deben entregarse los pedidos (realizar rutas optimizadas).
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